La carta natal es nuestro manual de uso para la vida. No venía dentro de una caja, sino que estaba escrito en el cielo.
Hay quien viene con una intuición muy afinada, se deja guiar por ella y puede desarrollar todo su potencial sin necesidad de indicaciones. Como estos niños que son capaces de poner su canal preferido en una televisión recién comprada, mientras su padre lee el libro de instrucciones.
Y hay quien va dando tumbos por la vida buscando encontrar aquello que le de sentido. Porque al fin y al cabo la vida te lleva hacia tu potencial, pero, o afinamos los sentidos o aprendemos a llevar el vehículo.
La astrología psicológica nos ayuda a reconocernos y vivir más en armonía con el mundo que nos rodea. No se trata de cambiarnos, sino de llevar lo que somos a la excelencia.
Una vez que nos vamos conociendo, vamos dejando de luchar por ser lo que la sociedad pide de nosotros y nos centramos en llevar una vida más acorde con quien vinimos a Ser.
Aún así, hay niveles. Primero aprendemos a vivir en nuestro entorno más cercano, después a interactuar con la sociedad y más tarde a vivir desde nuestra esencia a pesar de lo anterior. Cada etapa estimula las habilidades que necesitaremos para las siguientes.
Conocerse es una tarea de por vida, sea intuitivamente, dando bandazos u observando nuestra carta. El nivel de profundidad no tiene límites y depende de nuestra evolución o aprovechamiento de cada ciclo.
El día que la ciencia pueda dar cuenta de cómo funciona el fenómeno astrológico será un gran día para la ciencia. Andrés Zuzunaga
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